Quinta parte de la Libreta de Bitácora, cedemos palabra a Pachequín, el Gato Charro.
Le verás en los conciertos de Leiva soplando la trompeta, con un zarcillo en la nariz, sudando bajo su pelo afro, dándolo todo. Él es Pachequín, alias Gato Charro, y es quién firma esta crónica, cuatro días seguidos de conciertos… pasen y lean.
Libreta de Bitácora. Quinta parte.
Por Gato Charro.
23 de Abril Barcelona.
Segundo día que tocamos en Barcelona, la semana anterior también estuvimos en la Sala Bikini y es especial, estamos ilusionados, la gira está rodando muy bien y todos los conciertos sold out.
Salimos a las 10h pero nuestro conductor (en este caso Luismi, el huracán que se encarga de la percusión) promete llegar a la hora de comer, nos gusta llegar a esa hora, tomar una caña, comer bien y, si se puede dormir la siesta un rato, se duerme. El percusionista-conductor cumple con su palabra y llegamos a las 15:30h. Cesar Pop y yo hemos sido los que hemos triunfado en la comida y nos hemos metido para el cuerpo la mejor hamburguesa del planeta.
Después de una siesta rápida (de esas que 30min parecen 5 horas) vamos a la sala, a probar sonido. Allí nos encontramos con los técnicos, que llevan currando desde mucho antes de lo que nos pensamos, Ángel Martos a los mandos del sonido, Galli a las luces, Sito a los monitores, Xavi y Alex “afilando” las guitarras y, pendientes de todos nosotros, George, y el rubio Kikin, comprobando que todo es correcto, y haciendo bromas como siempre…
La prueba transcurre sin problemas y eso es gracias a todos lo que acabo de nombrar, entonces ya se puede decir que vamos a hacer un bolo. ¡Si, joder! Es el primero de la semana y eso hace que haya algún nervio de más, siempre molan los nervios, al menos eso decimos una vez que ya han pasado. ¡Pero en el momento son lo peor que existe!
Picamos algo y tomamos unos zumos de ron con cola (los que se los tomen), llega Sito con los cascos, nos preparamos, suena la sintonía, hacemos corro, grito y para dentro. Este es el momento donde los nervios desaparecen y pienso: venga, para eso he venido a este mundo, así que: ¡A TOPOR!
Bolo de mucha energía y conexión entre público, Leiva y la Leiband.
Es San Jordi y a mitad del show Leiva reparte unas rosas, momento precioso con Pop haciendo unos acordes que nos llevan a tocar “Pólvora”, tema que me pone los pelos de punta.
Veo que a un lado del escenario hay un niño con sus padres (igual que en el primer bolo en Barna de la gira, pero distinto niño). Lo mismo me meto en un lío por haber dicho esto, tal vez fue un espejismo… pero no entiendo y no entenderé porque no pueden entrar menores con sus padres a ver un concierto, a escuchar música. Es esencial, es necesario y es precioso ver la cara (de cualquier persona) de un niño/a disfrutando de una canción.
Acabamos con “Lady Madrid”, es un momento guapo ya que prácticamente se va toda la banda adelante del escenario.
Después del concierto nos fuimos a un garito que hemos descubierto en frente del hotel, los zumos, esta vez de cerveza, son baratos y naturales. Pronto nos fuimos a dormir o no, ya que al día siguiente nos íbamos a Bilbao, buenas noches….
24 de Abril Bilbao.
Desayunamos en el hotel y pillamos la furgo hacia nuestro siguiente destino. George, nuestro hombre para todo, que se merece como mínimo que nos portemos bien con él, es el que se encarga de que TODO este correcto y el tío lo consigue. Sí, hay veces que nos merecemos que nos mande a la mierda y no, no lo hace. Sí, hay veces también que le canto una rumbita porque sé que las odia y me merezco un capón y no, no lo hace.
Viaje transcurrido con normalidad, unos duermen, otros juegan con su móvil, otros escuchan música, otros ven series y luego está Tuli, el caso aparte que no para de toquetear el móvil y al que le encantan todos los sonidos que pueda reproducir su súper aparato de última generación. Le encanta y no lo puede evitar. Le suena el wass: cuando le llega un mensaje, cuando lo manda, cuando lo escribe. Le suena una llamada, pone el altavoz y todo esto con todos los soniditos que tiene el juego de billar al que está completamente enganchado, pero es muy majo, si…
Mi compañero de habitación, Juancho, se ha puesto malo, con dolor agudo de estómago, y vamos todos un poco preocupados por su estado de salud.
Llegamos a Bilbao y vamos a dejar a Juancho al hospital, mas tarde nos dicen que es una gastroenteritis y le dan un suero para aliviar. Nos quedamos más tranquilos y él se va a descansar al hotel.
Comemos en la misma sala en la que tocamos, el Kafé Antzokia, me encanta este sitio, tiene algo, tiene rock en las pareces, si prestas atención (a mi me pasa) puedes escuchar las canciones de los Platero, las de aquel mítico disco que grabaron aquí: A pelo.
Pillamos las habitaciones y nos vamos a descansar.
Bolo precioso con la gente atenta, cantando y muy cercana: Decir que mi compañero de habitación aún estando como estaba con la gastroenteritis, se hizo un show absolutamente increíble. GRANDE JUANCHO
¿Qué tendrá Bilbao que me encanta? Un maravilla.
Esa noche nos fuimos a un parque Cesar Pop y yo con unos amigos “muy grandes”, unas guitarras y la liamos un poco, hicimos corro y nos hacían caso, ¡muy fuerte, Pop! jajajaja
Morirse en Bilbao, no hay nada mejor…
25 de Abril Vitoria.
Debido a que es un trayecto corto el de Bilbao-Vitoria, salimos como a media mañana, como siempre para llegar a comer. Y como no podía ser de otra manera nos fuimos de pinchos y de cañitas por Vitoria.
Ésta vez tocaba el Jimmy Jazz, esta sala también tiene su aquel, los camerinos molan y se está muy a gusto allí. Cenamos rico antes del bolo y salimos a morir como siempre. Como anécdota del concierto, diré que un jugador del Bilbao Basket le pidió a Leiva el día anterior en Bilbao que si podía tocar la canción “Vértigo” en Vitoria y Leiva lo hizo, con dedicación incluida, lo único que este tipo no tiene ni papa de castellano y no se enteraría de nada, pero se sabe de “pe a pa” todas las letras de Leiva. ¡ÓLE!
Era el cumpleaños de nuestro rubio Kikin y hubo que brindar un par de veces, o tres, bueno ya no sé si fueron cuatro o cinco…
26 de Abril Logroño.
Despertamos, desayunamos y con legañas en los ojos no paramos de escuchar los ruiditos del móvil de Tuli… Llegamos a la hora de comer, como es habitual, pero esta vez me la salté y me quede en la cama, que es la que me iba alimentar las pocas horas de sueño que tuve la noche anterior. Así que puedo decir que fui una marmota hasta la hora del bolo.
Cena rica que siempre nos tiene preparada Adolfo (asistente en la gira, N de T), esta vez hasta nos sentamos y todo. Cuarto bolo seguido y Leiva nos propone tocar “Me estas atrapando otra vez” de Los Rodríguez, temazo… nos queda bastante guapo y el bolo sale genial. Es subirse a un escenario y La Leiband disfruta, hay miradas, hay conexión, hay risas, somos felices y eso se nota. Esa noche todos a dormir que había que descansar, ya tocaba hacerlo…
Gracias a tod@s.
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